
¡Señor Jesús:
Yo soy,
y solo quiero ser siempre
¡ tu burrito del Domingo de Ramos !
Porque en mi vida se cumple,
de manera muy precisa,
todo lo que el Evangelio nos cuenta de él:
– Estaba atado, sin libertad, lejos de Ti…
y lo mandaste desatar,
¡ y lo trajiste junto a Ti !
“Vayan al pueblo de enfrente.
Al entrar, encontrarán un burrito atado,
desátenlo y tráiganlo”
¡ Y lo mismo has hecho conmigo !
Amo y bendigo a quienes,
cumpliendo tu voluntad,
¡ me desataron y me trajeron ante Ti!
(S. Lucas 19,35)
¡ Gracias, Señor !
– La razón que adujiste me anonada:
“Si alguien les pregunta por qué lo desatan,
respondan: El Señor lo necesita.”
(S. Lucas 19,31)
¡ No me amas porque me necesites,
sino que me necesitas porque me amas !
¡ Tu amor, solo tu amor,
me tiene aquí contigo, Señor !
– “Echaron sus mantos sobre el burrito
y montaron a Jesús”
(S. Lucas 19,35)
Al burrito lo enjalmaron,
lo prepararon,
para que pudiera cargarte…
¡ Haz hecho lo mismo conmigo !
Me has equipado,
y hoy me consagraste
como tu sacerdote
¡ Para que te lleve a donde quieres ir !
Sí, Señor ¡ Móntate en mi !
¡ Haz de mi pobre estructura humana
un trono para Ti, Señor !
¡ Te llevaré a donde quieras,
te acercaré a todos
para que te conozcan,
te escuchen,
y te amen !
¡ No te bajes nunca de mí,
que tu dulce peso es mi felicidad,
tu presencia en mí es mi suprema gloria !
¡ Eres mi alegría,
el sentido de mi vida !
¡ Y que nunca olvide,
que el importante eres Tú, y no yo !
¡ No me dejes rebuznar, Señor !
Que mis rebuznos no hagan inaudible tu palabra…
¡ Y como los burros somos tercos,
cuando no quiera caminar
espoléame, Señor !
para que avance siempre
en la dirección que me señales…
¡ Toma las riendas de mi vida,
y hazme dócil a tu voluntad !
¡ Que mis cascos se gasten
en tus caminos,
que toda mi energía vital
se invierta en tu misión !
¡ Que me baste tu gracia, Señor,
y que tu poder
se muestre en mi fragilidad !
Y al finalizar mi pobre historia,
– vacío de mí mismo –
déjame expirar a tus pies,
y acógeme en tus brazos
amorosos e infinitos,
por la eternidad,
¡ En la plenitud que eres Tú mismo
para el hombre y el mundo !
¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo !
Maranna Tha
(S. Lucas 19,35)
Amén!
En el día de mi Ordenación Sacerdotal
Bogotá D.C. Noviembre 23 de 1985

¡Señor Jesús:
Yo soy,
y solo quiero ser siempre
¡ tu burrito del Domingo de Ramos !
Porque en mi vida se cumple,
de manera muy precisa,
todo lo que el Evangelio
nos cuenta de él:
– Estaba atado, sin libertad,
lejos de Ti…
y lo mandaste desatar,
¡ y lo trajiste junto a Ti !
“Vayan al pueblo de enfrente.
Al entrar, encontrarán
un burrito atado,
desátenlo y tráiganlo”
¡ Y lo mismo has hecho conmigo !
Amo y bendigo a quienes,
cumpliendo tu voluntad,
¡ me desataron y me trajeron ante Ti!
(S. Lucas 19,35)
¡ Gracias, Señor !
– La razón que adujiste me anonada:
“Si alguien les pregunta
por qué lo desatan,
respondan: El Señor lo necesita.”
(S. Lucas 19,31)
¡ No me amas porque me necesites,
sino que me necesitas
porque me amas !
¡ Tu amor, solo tu amor,
me tiene aquí contigo, Señor !
– “Echaron sus mantos
sobre el burrito
y montaron a Jesús”
(S. Lucas 19,35)
Al burrito lo enjalmaron,
lo prepararon,
para que pudiera cargarte…
¡ Haz hecho lo mismo conmigo !
Me has equipado,
y hoy me consagraste
como tu sacerdote
¡ Para que te lleve a donde quieres ir !
Sí, Señor ¡ Móntate en mi !
¡ Haz de mi pobre estructura humana
un trono para Ti, Señor !
¡ Te llevaré a donde quieras,
te acercaré a todos
para que te conozcan,
te escuchen, y te amen !
¡ No te bajes nunca de mí,
que tu dulce peso es mi felicidad,
tu presencia en mí es
mi suprema gloria !
¡ Eres mi alegría,
el sentido de mi vida !
¡ Y que nunca olvide,
que el importante eres Tú, y no yo !
¡ No me dejes rebuznar, Señor !
Que mis rebuznos no hagan
inaudible tu palabra…
¡ Y como los burros somos tercos,
cuando no quiera caminar
espoléame, Señor !
para que avance siempre
en la dirección que me señales…
¡ Toma las riendas de mi vida,
y hazme dócil a tu voluntad !
¡ Que mis cascos se gasten
en tus caminos,
que toda mi energía vital
se invierta en tu misión !
¡ Que me baste tu gracia, Señor,
y que tu poder
se muestre en mi fragilidad !
Y al finalizar mi pobre historia,
– vacío de mí mismo –
déjame expirar a tus pies,
y acógeme en tus brazos
amorosos e infinitos,
por la eternidad,
¡ En la plenitud que eres Tú mismo
para el hombre y el mundo !
¡ Santo ! ¡ Santo ! ¡ Santo !
Maranna Tha
(S. Lucas 19,35)
Amén!
En el día de mi Ordenación Sacerdotal
Bogotá D.C. Noviembre 23 de 1985

Padre Humberto Silva Silva
Blog conmemorativo del Padre Luis Humberto Silva Silva; creador de la Fundación Kyrios y quién dedicó su vida a la formación de laicos y religiosos.